lunes, 20 de agosto de 2012

Jurgen Van den Broeck o cómo dejar de ser anónimo


Ha comenzado la Vuelta 2012. Con un recorrido inspirado en aquel delirante Giro 2011 que Alberto Contador definió como <<la carrera más bella del mundo>>. 10 finales en alto y poquita crono. No me gusta. Pero aquí está Alberto y no viene solo. Una pléyade de estrellas le acompañan: Chris Froome, Alejandro Valverde, Joaquín Rodríguez,Juanjo Cobo. Igor Antón, Rigoberto Uran, Damiano Cunego, Philippe Gilbert o Thomas de Gendt. Y Jurgen Van den Broeck. Sobre él quiero hablaros.

Hacía muchos años que un ciclista belga no obtenía tan buenos resultados en las clasificaciones generales de las Grandes Vueltas. Fue 7º en el Giro 2008, 5º en el Tour 2010 (previo a la descalificación de Contador) y 8º en la Vuelta 2011. Detrás de estos puestos hay mucho entrenamiento, muchos kilos adelgazados y una moral de hierro que le ha ayudado a sobreponerse a contratiempos como sus caidas en los Tours 2009 y 2011.

Y en 2012, un cambio de actitud. Ahora es más ofensivo. No se conforma con hacer puesto. Ahora es más popular. Ya lo dice el gran Federico Martín Bahamontes: si no atacas, no te recuerdan.
Por esta evolución han pasado otros ciclistas como Fernando Escartín a partir de 1997, el ruso Pavel Tonkov que dio un Giro a su carrera de chuparruedas en 1996 (dijo que había aprendido a ser malo) o Joseba Beloki más recordado por su valiente aunque desafortunado Tour 2003 que por sus 3 podios anteriores en la ronda gala.

Y así Jurgen obtuvo su mejor clasificación en el Tour este año, un cuarto puesto y tuvo mayyor presencia en etapas de montaña como la que finalizaba en La Toussuire. Con los deberes hechos acude a la Vuelta para poner la guinda a una temporada de autoafirmacíon. Una victoria de etapa, de esas que tanto escasean en el palmarés del espigado escalador belga, colmaría sus aspiraciones. A partir de ahí, lo que venga.

Espero, pues, ver a Jurgen Van den Broeck en versión ofensiva a partir de hoy, en el reencuentro con el Santuario de Arrate y ante el mar de aficionados que anegará sus cunetas. Él flamenco ha aprendido la lección. Siendo valiente obtienes, generálmente, iguales o mejores resultados y haces más feliz a la gente y a tí mismo.

Un saludo a todos.




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