Así de claro. Ni de Martí Crespí, ni de Thiago Pinto, ni de Andreu Guerao, ni de Juanmi o Quini...
Estos fichajes de invierno han dado más consistencia defensiva al Real Racing Club de Santander. Sin embargo, al centro del campo le sigue faltando creatividad y la pegada arriba es la justita.
Pero como los buenos equipos se empiezan a construir desde atrás, el equipo parece que va por buen camino. Ahora solo falta que Mario Fernández Cuesta, nuestro portero, haga lo que, al menos eso creo yo, sus capacidades le permiten: marcar la diferencia.
A sus 24 años Mario ha alcanzado su madurez física. Sigue siendo flaco, pero se ha fortalecido notablemente estos últimos años. Su carácter introvertido y <<falto de sangre>> esconde una máquina de parar balones de portentosos reflejos que tiene su talón de Aquiles en las dudas que a veces le asaltan a la hora de salir fuera del marco de su portería.
Mario tiene las condiciones necesarias para ser un digno epígono del gran Ceballos, y la mejora deportiva del Racing incidirá positivamente en la confianza del santanderino que empezará a rendir a su verdadero nivel y retroalimentará a su vez la moral del grupo creando un círculo virtuoso.
Por detrás tiene a Dani Sotres, un buen proyecto de guardameta, internacional sub-19. Solo lamento que el club apostara durante tantos años por Fabio Coltorti como suplente de Toño. De no haber sido así, ambos cancerberos, al menos, estarían más fogueados.
Pero ahora no hay que pensar en eso. Por primera vez en mucho tiempo el conjunto montañés puede mirar con cierta justificación hacia arriba en la tabla clasificatoria y aspirar a quedarse en la Liga Adelante. Y gran parte de estas opciones descansan en las manos del, para mí, mejor portero de la categoría. Felicidades al Racing por su Centenario. Un club con solera cuyo hábitat natural es, de todas-todas, la Liga BBVA, la Liga de las Estrellas. Nos leemos en breve. Hasta pronto.
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