miércoles, 19 de noviembre de 2014

El pobre status actual de nuestra Vuelta a España tiene solución (y el ciclismo mundial saldrá ganando)


Invitar a 4 equipos Pro Tour y a 18 Continental Pro para 2015. Empecemos por el principio...

Que la Vuelta es una carrera utilitaria, nadie lo duda. Solía servir de preparación para el Mundial de Ruta o como premio de consolación/castigo a una mala temporada. Su peculiar ubicación en la temporada también la hacía recibir a corredores sancionados o lesionados en otras competiciones.
La falta de implicación de la mayoría de las grandes figuras con los subsiguientes abandonos, se han sucedido año tras año.

Y todo es susceptible de empeorar: como algunos preveíamos, los dos últimos Mundiales de Ruta han sido ganados por ciclistas que no habían disputado la Vuelta. Y esto pone en cuestión el axioma del concurso obligatorio en ella para los aspirantes.

Para rematarlo el Comité para la Reforma del Ciclismo de CPA parece haber agarrado el guante lanzado por Javier Guillén en más de una ocasión y plantea quitarle una semana a la Vuelta. Para mí este hecho constituiría el preludio de su desaparición.

Con tantos nubarrones sobre la serpiente multicolor patria, sólo se me ocurre una forma de que siga siendo una de las tres Grandes: que a todos los estamentos del ciclismo les convenga que siga siéndolo. Vamos, pues, a lo concreto. ¿Quién ganaría con la reforma que propongo?.

Los ciclistas en paro, que son muchos, encontrarían sitio en los Continentales Pro que precisarían de algún que oreo refuerzo para afrontar la ronda española. Especialmente de ciclistas con cierta experiencia en la Vuelta. Ciclistas nacionales, vamos.

A la hora de crear nuevos equipos y conservar los que quedan (hablo de los modestos) sería de capital importancia asegurarles a todos la participación en una Grande.

La empresa propietaria del Tour tendría la potestad de decidir qué equipos Pro Tour acuden a la Vuelta, gran herramienta de negociación para acordar participaciones de figuras en su carrera patria.

Esto, que podría haber hecho mucho daño al Giro hace unos años, en su actual posición de privilegio, creo que, en el peor de los casos, no le afecta. Bien gestionado puede incluso sacarle partido. Depende de él mismo.

Otras competiciones de final de temporada como la Vuelta a Gran Bretaña y el USA Pro Cycling recibirían a muchos equipos <<liberados>> de venir a España.

Y, finalmente, la Vuelta ganaría en compromiso de sus participantes y en lucha por las etapas. Los equipos que vengan, lo harán con todo y lo darán todo. 2017 está a la vuelta de la esquina...
Hay que posicionarse ante un futuro World Tour semicerrado.

Pero ese será el tema de un próximo artículo. Os dejo que reflexionéis y digiráis este. Nos leemos.