domingo, 20 de enero de 2013

Maxime Monfort, el discreto encanto de la (alta) burguesía

 
 Este bastoñés de 30 años no es un simple doméstico. Tampoco pertenece a la nobleza del ciclismo, la de los líderes indiscutibles, la de los Contador, Valverde, Wiggins y compañía. Representa a la clase media del pelotón. Eso sí, una clase media acomodada . Milita en uno de las escuadras más potentes del World Tour de la UCI:  Radioshack-Leopard Trek. Lugarteniente de los Schleck en carreas como Tour e Francia, Paris-Niza o Vuelta a Suiza. El resto del año goza de libertad e, incluso, de capitanía. Pacta el calendario con su equipo a principio de temporada. Todo un profesional liberal.
 
Si alguna palabra define a Maxime Monfort es fiabilidad. Hace clasificaciones dignas hasta cuando trabaja para otros ciclistas. En su palmarés destacan los Tours de Luxemburgo y Baviera y un Campeonato de Bélgica Contrarreloj. De las Tres Grandes la que mejor se le ha dado hasta ahora es la Vuelta a España. Fue 11º en 2007, 6º en 2011. Pero con la "nueva filosofía" de la prueba española, solo pudo ser 16º en 2012. ¿Adiós a un Hombre-Vuelta?.
 
El belga sale damnificado de la  Vuelta 2013 que repite fórmula con respecto al año pasado. Una ronda con innumerables llegadas en alto, casi todas caracterizadas por las grandes pendientes y cada vez menos kilómetros cronometrados y más escarpados. Un trazado que desprrecia a sprinters, contrarrelojistas y escaladores no explosivos. Monotonía y desequilibrio. Una apuesta llena de cortoplacismo y desidia. Zomegnan intentó algo parecido en el Giro y casi lo lleva a su desaparición. Desde mi punto de vista la Vuelta ha dejado de ser una carrera serua.
 
Una lástima para las aspiraciones de Maxime, que con el fichaje de Kiserlovski para liderar al Radioshack en el Giro, podría plantearse hacer sólo el Tour. Sea como fuere, este ciclista, que podría ser jefe de filas de un equipo mediano, es uno de esos elementos que dan solidez a un gran combinado, versatil y con experiencia. Discreto pero con encanto.
 
La semana que viene, volvemos al balompié. Hasta entonces.
 
 
 
 
 
 



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